Author's Chapter Notes:
En este capítulo hago un pequeño homenaje a una de mis obras literarias favoritas. El que adivina a cuál me estoy refiriendo se convierte en mi siguiente mejor amigo! ;)
CAPÍTULO 10: Revelaciones


A pesar del largo y duro entrenamiento que lleva a convertirse en Vigilante, Giles no se consideraba igual a sus predecesores. La desventaja de esto era la continua lucha contra la desconfianza que sus colegas colocaban en la mayoría de las decisiones concerniendo a su Cazadora. Pero por otro lado, la ventaja del asunto en muchas ocasiones sobrepasaba esa desventaja.

Esta era una de esas ocasiones. Luego de encontrar la espada e incapaz de seguir traduciendo sus inscripciones Giles contactó a Inglaterra para más detalles acerca de su origen, mencionando únicamente el tesoro de Amara y no la espada en sí hasta confirmar sus sospechas. Pero después de que el Concejo se negara a enviarle los diarios de Vigilantes antiguos por considerar el asunto del tesoro de Amara meramente histórico y carente de valor ahora que pertenecía a la Cazadora, Giles optó por usar canales fuera del radio del Concejo, en este caso una amiga suya llamada Lily Evans que en el momento se encontraba trabajando para la Sección Archivos del Concejo ordenando y categorizando libros y cuadernos. Esta sección contenía miles de diarios de épocas antiguas, que por contener detalles a menudo obsoletos y personales permanecen olvidados y etiquetados únicamente por nombre y año, fuera de las categorías generales de diarios más modernos.

Pero conociendo a Lily y su increíble memoria (sin mencionar su extraña tendencia a obtener lo que deseaba) Giles estaba seguro de que era la persona indicada para la ayuda que necesitaba.

“Sección Archivos, habla Lily Evans, en qué lo puedo ayudar?”

“¿Desde cuándo eres tan formal? Solía ser ‘Evans’ y con voz aburrida,” bromeó Giles.

“Rupert! ¿Cómo estás? ¿Está todo bien? Bueno, obviamente no, sino para que otra cosa me llamarías?” dijo Lily con tono acusador pero alegre al mismo tiempo.

“Ahh Lily, siempre tan adorable. Y tan perceptiva por lo que veo. Tienes razón, tengo que pedirte un favor pero sin que se enteren los de arriba. Cuento contigo?”

“Sabes que siempre cuentas conmigo para frustrar a esos idiotas del Concejo. ¿De qué se trata esta vez? Tiene algo que ver con esa milagrosa Cazadora tuya? Te dije que tu karma acabaría alcanzándote algún día,” dijo Lily con ironía.

“En este caso tendré el placer de contradecirte Lily, no, no tiene que ver con Buffy sino con un tesoro llamado Amara. ¿Sabes si hay algo de ello en los diarios viejos de Vigilantes?”

“Tesoro de Amara dices? Veamos...” pausó Lily buscando en los rincones de su asombrosa memoria. En cuestión de segundos recordó años y nombres. “Tienes suerte Rupert, resulta que tengo un diario aquí del año 914 que perteneció a un tipo llamado Abraxas...” divagó Lily con sonidos de papeles en el fondo. “Si, aquí está, fue el primero que nombró el tesoro de Amara, aunque su latín es casi literario por lo que puedo ver,” dijo Lily ojeando del diario. “¿Quieres que te lo envíe?”

“Sí por favor Lily. Te he dicho últimamente lo brillante que eres?” dijo Giles sinceramente.

“Creo que lo has dicho un par de veces, sí. Por qué crees que aún no me han despedido?” dijo Lily jovialmente.

“Me he hecho la misma pregunta por años,” rió Giles. “Estás segura de poder enviármelo? No quiero ponerte en problemas.”

“No te preocupes, sabes que siempre obtengo lo que quiero” insinuó Lily. “Pero lo haré con una condición” agregó.

“La que quieras” dijo Giles.

“Que me digas qué estás buscando realmente.”

Giles hizo una pausa, decidiendo si le convenía o no. No es que no confiaba en Lily, sino que tenía cierta paranoia hacia su teléfono desde esa gran pelea con el Concejo el año anterior.

“Lo haría con gusto Lily, pero no sé si este medio es seguro, sabes?” dudó Giles.

“Oh, no te preocupes por eso querido amigo. Te aseguro que nadie escucha esta conversación más que tú y yo” aseguró Lily.

“¿Cómo estás tan segura?”

“Bueno... digamos que le hice un sencillo pero efectivo truco a todas los teléfonos que utilizo, incluyendo el del trabajo. Qué clase de truco, prefiero no decírtelo, pero te aseguro que es efectivo” concluyó Lily en forma misteriosa.

Giles decidió entonces confiar en ella, después de todo su eficiencia y discreción nunca se puso en duda. Le narró desde el principio cómo encontró la espada, sus inscripciones y sus sospechas.

“Ya veo porqué estás preocupado,” dijo finalmente Lily. “Te enviaré todo lo que encuentre entonces de los metzoh’naims, del tesoro de Amara y de la espada. Aunque después de lo que me contaste sospecho al igual que tú que todo está conectado... espera un momento.” Lily ojeó una vez más el diario. Un detalle llamó su atención. Había ciertas inscripciones en la contratapa que visto con atención aparentaban ser runas. Sabiendo leer runas vio que éstas no tenían sentido, y luego de observarlas bien supo por qué. Volteando el diario al revés las inscripciones tomaron de pronto sentido.

“El diario está encriptado...” murmuró Lily.

“¿Cómo dices, encriptado? Cómo lo sabes?” preguntó intrigado Giles.

Pero Lily no contestó inmediatamente. Luego de unos momentos en los que se escuchó un murmullo indescifrable, Lily habló.

“Listo, ya está resuelto. No creo que tengas ningún problema ahora”, concluyó.

Giles tenía en la punta de la lengua todas las preguntas que rondaban su cabeza, pero las contuvo sabiendo lo secreta que podía ser su amiga. Aunque en más de una ocasión se preguntó si la mujer utilizaba magia para hacer su trabajo. Giles vio el tamaño de la Sección Archivos y le resultaba difícil creer que alguien tuviera tanta memoria. Tal vez sí usaba magia.

“Er, muchísimas gracias entonces Lily, no podría haberlo hecho sin ti!” exclamó Giles afectuosamente.

“Cuando quieras Rupert, y no te olvides de llamarme y contarme lo que descubras.”

Giles aceptó y Lily le aseguró que el diario llegaría en sólo un día gracias a ciertos “contactos” confiables suyos. Giles optó una vez más por no cuestionarle y luego de agradecerle una vez más efusivamente se despidió de ella.

Colgando el teléfono tomó la espada. Si había algo que siempre tuvo en cuenta eran sus instintos, y al momento todo su ser le gritaba que algo muy importante iba a suceder.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Buffy estaba en problemas. Spike no le sacaba la vista de encima y temía que sus amigos se dieran cuenta, causando problemas que prefería evitar. Dawn sin embargo parecía estar consciente de la situación entre su hermana y el vampiro, porque de vez en cuando le sonreía maliciosamente como diciendo ‘y, que estás esperando? Por qué no haces algo al respecto?’ Buffy estaba a punto de darle una palmada atrás de la cabeza a ambos, así que aprovechó que los demás estaban distraídos observando la banda de rock tocando y con un murmullo a Dawn de “voy al baño” se dirigió rápidamente hacia esa dirección.

Dawn la vio escurrirse y se volvió hacia Spike.

“Y? No vas a ir tras ella?”

Todavía observando en dirección a Buffy, Spike dudó sólo un momento. Luego dejó su vaso, le dio un beso en la frente a Dawn murmurando un ‘gracias Bit” y fue inmediatamente tras la Cazadora.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


’Maldito Spike, por qué tuvo que aparecer? Cómo se supone que me controle cuando todo lo que hace es mirarme, con esos ojos y esos labios tan... diablos, tengo que irme de aquí!’ Buffy continuó su lento camino hacia el baño, al parecer la banda era bastante popular, el lugar estaba bastante concurrido. ’O tal vez vienen por la cerveza importada.’

De pronto cuando cruzaba debajo de las escaleras una voz grave le murmuró al oído, “Cual es la prisa amor?”

Buffy suprimió los estremecimientos que el contacto de sus labios con su delicada oreja le provocaban, y forzó una voz firme.

“A dónde crees Spike? La naturaleza llama”, mintió Buffy.

“Otra vez? Fuiste hace 20 minutos”, se burló Spike.

Buffy apretó los dientes. “Está llamando otra vez! No es asunto tuyo Spike.”

“Oh, pero sí lo es Cazadora, verás... tengo la teoría que viniste por culpa mía, así que vengo a encargarme del ello”, murmuró Spike casi ronroneando.

“Ah sí? Y qué te hace pensar eso?” dijo Buffy intentando un tono exasperado y fallando.

“Bueno... al principio no lo sabía... hasta que sentí el aroma de tu deseo, amor”, suspiró Spike, su lengua asomando y tocando con la punta los contornos de sus delicadas oreja y cuello, seguido de pequeños besos que hicieron estremecer a la Cazadora. Sus fuertes brazos la rodearon y pronto dedicó una mano a acariciar la aterciopelada piel de su vientre, atrayéndola hacia sí y la otra a retirar el pañuelo atado a su cuello, bajándolo lentamente.

Buffy inclinó sin pensarlo la cabeza a un costado, rindiéndose a sus atenciones, el poco pero suficiente alcohol en su sistema eliminando sus inhibiciones y desvaneciendo sus dudas.

Spike decidió entonces aprovechar el permiso implícito y, viendo su marca adornando a su Cazadora, no lo dudó. Sus labios se plantaron sobre los orificios cicatrizados y los tomó entre sus dientes, succionando con fuerza y delicadeza.

Buffy agrandó los ojos cuando sintió los dientes de Spike ahí, su cuerpo inmediatamente se puso tieso y un grito estrangulado se atoró en su garganta cuando un calor y sensaciones eléctricas se esparcieron por todo su cuerpo, oleada tras oleada. Una de sus manos sostuvo su platinada cabeza en su lugar, mientras la otra trataba de sostenerse de algo, optando por los brazos que la rodeaban.

Spike utilizó cada onza de control en su cuerpo para evitar transformarse y clavarle sus colmillos nuevamente, así que se concentró completamente en ella, en sus sonidos, en sus aromas, en sus gustos, en sus texturas. La reacción de la Cazadora lo tomó por sorpresa, en su experiencia la marca que dejaba en una persona la estimulaba hacia un punto de alta excitación, pero en ella parece haber ido aún más allá. Tal vez sea por ser Cazadora, o tal vez porque es ella. De todos modos Spike agradeció el estar en una zona relativamente oscura donde la gente no les prestaba atención, porque de otro modo tendría que golpear a cada idiota que se atreviera ver a SU Cazadora en ese particular momento.

Buffy exhaló una largo suspiro, su cuerpo totalmente relajado y su corazón volviendo de su ritmo normal. Luego, en un impulso, giró en los brazos de Spike y tomó sus labios entre los suyos apasionadamente.

Spike respondió de inmediato y la estrechó fuertemente, la evidencia de su deseo presionando hacia ella y recibiendo el delicioso placer del calor de su cuerpo y la sutil fricción a través de sus ropas.

Minutos, horas, días parecieron pasar hasta que una repentina luz los rodeó y el sonido de aplausos llegó a sus oídos. Ambos se separaron perezosamente, buscando a su alrededor la fuente de la estúpida interrupción, viendo que la banda había terminado de tocar y se retiraba del escenario. Spike siguió entonces propinando pequeños besos en su rostro.

“Buffy!”

Buffy se dio vuelta hacia la voz y vio a Dawn detrás de ellos. Buffy se alejó inmediatamente del vampiro –para irritación de él– y con el rostro sonrojado trató de arreglar su apariencia. Dawn mientras reprimió la risa ante la agitación de su hermana.

“Emm, Buffy... lindo chupón”, exclamó Dawn en una carcajada y con un dedo indicando la marca.

Buffy se llevó una mano hacia el cuello con el rostro rojo como un tomate, y con una mirada de furia a Spike le arrancó el pañuelo de las manos y se lo colocó nerviosamente. Spike sonrió engreído.

“¿Qué puedo decir amor? No pude resistirme.”

“Y al parecer ella tampoco”, agregó Dawn riendo de la mirada enfurecida de su hermana. Buffy dirigió la atención hacia temas más seguros.

“¿Qué sucede Dawn?” preguntó irritada.

“Si quieres me puedo ir...”

“Dawn!”

“Bueno, bueno, venía a avisarte que los chicos ya se van. Willow iba a venir a buscarte pero me ofrecí yo en su lugar, puedes agradecerme después... aunque lo hubiera hecho igual, Willow y Tara parecían estar MUY distraídas como para notar algo, sin mencionar a Xander y Anya... urgghh”, tembló Dawn exageradamente.

Buffy asintió y se preparó a ir. Luego de un momento, se detuvo y le pidió a Dawn unos segundos. Dawn le sonrió y se dio vuelta.

Buffy suspiró y se dirigió al vampiro. Spike tenía las manos en los bolsillos del saco y la cabeza baja. Buffy lo vio tan adorable que casi no resiste el saltar sobre él. Un sentimiento de culpa la envolvió. ’No es justo... ni para mí, ni para él... por qué no me puedo permitir esta increíble experiencia?’

Con el corazón pesado colocó una mano en el rostro de Spike y lo obligó a mirarla a los ojos. El vampiro la miró con ojos llenos de pesadumbre y dolor por el deseo reprimido. Luego Buffy hizo algo que lo sorprendió. Le besó con una dulzura que no creía poseía. No hacia él.

Momentos después Buffy se separó de él y lo miró a los ojos. Luego murmuró en su oído. “Terminaremos esto otro día.”

Spike la miró incrédulo y con una enorme sonrisa, que la hizo a su vez sonreír.





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